lunes, 7 de enero de 2013

El Billar (Segunda Parte)


Luego de unos minutos de rondar el perímetro interior del billar en busca de una mesa libre nos establecimos en una que parecía abandonada en un rincón. Rápidamente uno de los meseros se aproximo a nosotros y pregunto si deseábamos ordenar algo de beber. La verdad era que no me apetecía tomar algo en ese momento, pero luego de la insistencia del mesero accedí a beber una cerveza. “¿Algo para su novia?” dijo el mesero mientras nos miraba a mi amiga Josie y a mí con una sonrisa picara.

- Ella no es mi novia – contesté. 
- Es gay – respondió Josie al mesero. 

En ese momento el mesero abrió los ojos como si hubiera visto un fantasma. ¿Qué a caso nunca había visto un gay/bisexual? De repente sentí las profundas miradas de las amigas de Josie que ya murmuraban si la declaración respecto a mi sexualidad era verdadera. 

- No, no soy gay – negué nuevamente – y si, a mi tráigame la cerveza y a mi amiga tráigale arsénico. 

Al tomar el asunto como una broma el mesero sonrió al igual que las amigas de Josie quienes siguieron debatiendo como dividir los equipos para el juego.

- ¿Por qué dijiste lo de ser gay? – pregunté a Josie
- Era solo una broma – respondió 
- Cada vez se vuelve más real – le dije. 
- ¿Te preocupa lo que un mesero piense de ti? 
- Me preocupa lo que tus amigas piensen de mí. 
- ¿Por qué? Son mis amigas, las conozco. 
- Yo no. Y si me gusta estar con hombres o mujeres ese es asunto mío - El debate se vio inmediatamente interrumpido por una de las amigas de Josie  (la más robusta) quien al no darse cuenta que uno de los tacos del juego estaba tirado, fue a su encuentro plasmando su trasero en el suelo de un solo golpe.
- Perdóname – me dijo Josie
- Descuida, después de todo es verdad – contesté – además, por ver caer a una de tus amigas valen la pena la vergüenza y las miradas.

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